Que es

Home Staging

El término Home Staging fue acuñado por primera vez en EEUU por la americana Bárbara Schwarz en 1970. Podría traducirse directamente del inglés como “puesta en escena de la casa”.

En esencia, consiste en aplicar una serie de técnicas a un inmueble con el objetivo de prepararlo, optimizarlo visualmente y revalorizarlo para alquilarlo o venderlo a mejor precio y/o más rápidamente.

El Home Staging es, en realidad, un término bastante distinto al de decoración. Aunque usa sus mismos principios, el objetivo no es personalizar la vivienda y adecuarla al gusto o estilo de sus propietarios, sino precisamente lo contrario. Lo que se persigue es la despersonalización, creando ambientes neutros y agradables que puedan adaptarse al mayor número de personas posible.

Por eso es importante entender que el Home Staging trata la vivienda como un producto y piensa en él como un objeto de oferta y demanda, eliminando todo sentimentalismo asociado a las experiencias que sus propietarios hayan vivido en ella.

El Home Staging sirve para todo tipo de viviendas: propias, heredadas, casas de banco, pisos comprados para alquilar… La única excepción en la que esta técnica no se puede aplicar es en aquellas viviendas que necesiten una reforma integral, ya que el Home Staging mejora lo existente pero no oculta ni enmascara los defectos. Si los hubiera, estos deberán repararse antes de aplicar las 5 técnicas del Home Staging.

Como posible solución a los casos en los que el inmueble esté para una reforma total, si el propietario no quisiera acometer el fuerte gasto en obras que puede suponer, sí puede serle útil al menos un Home Staging virtual. En él, a base de renders o infografías 3D, el potencial comprador pueda hacerse una idea de cómo quedará la vivienda una vez reformada. Esto también es válido para pisos vacíos, en el caso de que no se quiera gastar nada en amueblarlos.

El Home Staging tampoco surtirá los efectos buscados en aquellos inmuebles cuyo precio esté muy por encima del mercado. La aplicación de sus técnicas mejorará sin duda su apariencia, pero no conseguirá aumentar de forma extraordinaria las visitas o cerrar la venta. Para esos casos, la vivienda necesita ofrecer un plus de diseño adicional (tanto en el tipo de reforma o materiales utilizados como en el tipo mobiliario escogido), lo que escapa del ámbito del Home Staging propiamente dicho.

Técnicas de

Home Staging

Hay muchas técnicas de Home Stating, pero todas pasan por las siguientes 5 fases que son imprescindibles:

Tal como se ha comentado, el Home Staging no enmascara defectos, por lo que si tienes algo que arreglar, hazlo antes de aplicar el resto de técnicas.

Un grifo que gotea, un desconchón en la pared, una persiana que no cierra o una puerta que no encaja, son pequeñas reparaciones de las que hay que encargarse antes de seguir adelante.

No por obvio resulta menos evidente. Una casa sucia, con polvo en las mesas, alguna telaraña en un rincón o con las juntas de los azulejos de los baños sucias, provoca una mala impresión y echa para atrás a cualquier interesado.
Idem de idem. Por limpia que esté la vivienda, una cama sin hacer, los trastos de los niños por el medio del salón, los platos en la encimera sin recoger o la ropa tirada sobre la silla en lugar de guardada en el armario, distraerá al visitante y focalizará su atención en estos puntos, olvidándose del resto.
Las fotos de la comunión de los nietos, el crucifijo sobre la cama, el cuadro de la bisabuela en la pared o el plato de Ronda del viaje de novios de los padres son toques demasiado personales que deben eliminarse. Recuerda que las técnicas del Home Staging buscan que el comprador o inquilino pueda sentirla como su casa.
En esta fase se trata de sacarle el máximo partido o mejorar el aspecto visual de la vivienda, añadiendo algunos complementos. Por ejemplo, ropa de cama, cojines, cortinas, alfombras, una funda para el sofá si el tapizado es antiguo, un mantel que cubra esa mesa del año de maricastaña…
En ocasiones, también requerirá comprar alguna pieza de mobiliario nuevo, como lámparas o sillas de comedor. Y en otras se podrá reciclar lo que ya se tiene, añadiendo ligeros cambios. Estos pueden incluir tiradores en la cocina o los armarios, pintura neutra para las mesillas o el cabecero de cama, etc.